"No sabemos cómo seguir": el padre de Érica Almirón rompe el silencio tras el femicidio
Arnaldo Almirón, padre de la joven asesinada, habló del vínculo con el acusado y compartió su pedido de justicia. "Mi hija era una buena persona. No entiendo cómo pudo hacerle eso", expresó con profundo dolor.
El caso de Érica Almirón conmocionó a toda la provincia del Chaco. La joven fue hallada sin vida en su casa de alquiler en Fortín Alvarado durante la madrugada del lunes 28 de julio en Resistencia. La autopsia confirmó que murió por asfixia y, aunque aún restan pericias complementarias, los indicios apuntan a su ex pareja, Joaquín Pérez, como principal sospechoso. Pérez fue detenido en Corrientes, tras intentar escapar en un colectivo de larga distancia. En su poder, la Justicia halló una carta y un mensaje donde admitía el crimen.
Pero detrás de la noticia, hay una familia destrozada y una voz que busca respuestas. En una charla con Diario TAG , Arnaldo Almirón, padre de Érica, compartió el peso de la ausencia, los recuerdos y la esperanza de que se haga justicia.
"No sabemos cómo seguir. Por momentos ni para qué seguir", dijo con la voz quebrada.
Un vínculo cercano con el acusado
El dolor se mezcla con la incredulidad. Almirón conocía bien a Joaquín Pérez, ya que durante un tiempo vivió bajo el mismo techo que su familia.
"Ellos alquilaban, pero apenas les alcanzaba para comer. Les ofrecí venir a casa para que al menos pudieran gastar en comida. Vivió con nosotros unos cuatro meses", contó.
Durante ese tiempo, la convivencia parecía normal, hasta que empezaron a surgir señales de alarma que, lamentablemente, se conocieron demasiado tarde.
"Mi hijo una vez vio que Joaquín le tiró del pelo a Érica durante una discusión. Ella nos pidió que no digamos nada porque sabía que yo lo iba a echar de casa", recordó.
Luego de esa situación, Arnaldo decidió pedirle a Joaquín que se fuera. Esa decisión provocó un distanciamiento con Érica, quien se sintió ofendida por la expulsión de su pareja. "Siguieron un tiempo más, pero después me dijo: ‘Papi, me dejé de Joaquín’. Me puso contento. Estuvo varios meses sola, hasta que empezó otra relación ", contó.
El peso de la pérdida y el pedido de justicia
Desde la muerte de Érica, la familia intenta reacomodarse emocionalmente, aunque las palabras sobran y faltan a la vez.
"No sé cómo afrontar esta pérdida. Es la gran pregunta. Por ahora, nuestra lucha es por justicia. Solo queremos que Érica pueda descansar en paz", expresó Almirón.
Confía en el trabajo de la fiscal María Noel Benítez, quien lleva adelante la investigación. "Ella nos transmite tranquilidad. Está haciendo las cosas bien", dijo. Y agregó con firmeza: "Espero la pena máxima. Joaquín tiene 29 años… si le dan pocos años, a los 50 puede salir. Yo pienso en mi otro hijo. No sé cómo reaccionaría si se lo encuentra algún día".
A pesar del dolor, Arnaldo no guarda rencor hacia la familia del acusado. Al contrario, muestra una actitud digna y compasiva.
"A los padres de Joaquín no les guardo rencor. Si algún día quieren acercarse, serán bienvenidos. Sería un alivio saber que también están del lado de la verdad. Él hundió a dos familias", reflexionó.
¿Qué le diría si lo tuviera en frente?
Al final de la charla, ante la pregunta inevitable, Arnaldo Almirón se detuvo unos segundos. Respiró hondo y dijo con serenidad:
"Le preguntaría qué siente al haber matado a una buena persona. Y si alguna vez pensó en nosotros, en su familia y en la nuestra. Si es consciente del daño que causó".
La voz de Arnaldo no es solo la de un padre que perdió a su hija. Es la de muchos familiares que enfrentan el horror del femicidio, en una sociedad que todavía busca respuestas y justicia. Su testimonio es crudo, pero necesario. Porque en cada historia como la de Érica, no solo se apaga una vida, también se enciende una lucha que pide no ser olvidada.
