Un testigo clave complica aún más a Giaccone y Almeida
Un empleado municipal declaró que fue obligado a acompañar a los acusados tras el crimen. Asegura haber visto el cuerpo de la joven y cómo intentaron borrar pruebas.
Un nuevo testimonio podría resultar clave en la causa por el femicidio de Leonela Giménez, ocurrido en Sáenz Peña. Se trata de R.T., empleado municipal y trabajador de seguridad en un boliche propiedad de la familia Giaccone, quien se presentó voluntariamente ante la Justicia tras ser mencionado en la declaración del imputado Cristian Almeida.
Según su relato, fue forzado a acompañar a Almeida y a Emanuel Giaccone, el otro detenido, la mañana del crimen. Afirmó que, al subir al auto, vio un arma de fuego entre las piernas de Giaccone, quien luego le confesó: "Le pegué un tiro en el pecho a la señorita Leonela".
El testigo detalló que viajaron hasta un camino rural rumbo a La Tigra, donde vio el cuerpo de Leonela tirado. Aseguró que, paralizado por el miedo, no se bajó del vehículo mientras los acusados buscaban "evidencias".
Más tarde, regresaron a Sáenz Peña. En el camino, según su declaración, Giaccone destruyó un celular que dijo era de la víctima. Ya en su departamento, se duchó, se cambió de ropa y ordenó borrar mensajes y registros de sus teléfonos, manteniendo el arma siempre a la vista.
El testigo dijo que logró irse en remis y que no denunció antes por temor a represalias. Ofreció su teléfono para peritajes, donde constarían llamadas y chats que respaldan su versión. Además, señaló que Almeida le pidió $2.000 tras el hecho.
La fiscalía ahora analiza el testimonio, que coincide con otros indicios sobre la eliminación de pruebas y refuerza la hipótesis de la participación directa de Giaccone y Almeida en el crimen de Leonela
