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Viernes 5 de Diciembre, 2025
 
 
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Investigación

Cómo se destapó el caso de las facturas truchas: el rol de un carnicero y una mujer

Una visita inesperada y denuncias distintas en las que se repetían los patrones.

Allanamiento en avenida Sarmiento.

Una visita inesperada del ex AFIP (hoy ARCA) y dos denuncias distintas en 2022, fueron claves para la investigación judicial que desató un escándalo de facturas truchas que alcanzó la plana nacional.

Una de las denuncias la hizo un carnicero de Resistencia; la otra, una mujer que había participado de una fundación inactiva. Ambos coincidieron en un punto clave: el contador Walter Antonio Pasko, hoy bajo la lupa de la Justicia Federal por liderar una presunta organización dedicada a emitir facturas truchas de manera sistemática y millonaria.

El carnicero denunció que inspectores de la AFIP se presentaron en su local y le informaron sobre irregularidades fiscales. Cuando el organismo le mostró la documentación, notó que figuraban operaciones comerciales que jamás realizó : venta de materiales de construcción, colocación de postes, alimentos balanceados, verduras y hasta honorarios profesionales.

Lo más grave fue que también aparecían facturas a su nombre vinculadas con la Cooperativa de Productores Ganaderos de la Sociedad Rural de Villa Ángela, entidad con la que afirmó no haber tenido jamás relación comercial. Él solo vende carne al por menor, dijo. Todo ese movimiento contable, aseguró, estaba a cargo de su contador: Pasko, único administrador de su clave fiscal.

Secuestro de la camioneta propiedad de Fernando Ayala.

En ese mismo periodo, una mujer fue visitada por inspectores de AFIP. Le informaron que figuraba como responsable inscripta en IVA y Ganancias desde noviembre de 2020, y que había emitido facturas por montos elevados. La mujer negó tener actividad comercial. Hacía casi diez años que se había dado de baja del Monotributo.

Revisando la documentación que le dejaron los agentes, advirtió algo inquietante: su supuesto contador era, otra vez, Walter Pasko. Lo conocía porque él había gestionado el alta de una fundación llamada Sonriendo con Jesús, que había creado junto a su esposo para ayudar a jóvenes con adicciones. La fundación nunca tuvo actividad real más allá de un subsidio para construir un galpón. Sin embargo, también figuraba emitiendo facturas por grandes sumas.

A partir de esos testimonios, el fiscal federal Patricio Sabadini inició una investigación que terminó por desentrañar lo que, según sostiene, es una estructura delictiva compleja destinada a generar crédito fiscal falso mediante la emisión de facturas apócrifas.

El núcleo de la maniobra, de acuerdo al fiscal, está en el uso ilegítimo de claves fiscales de al menos seis contribuyentes por parte del contador Walter Pasko. A ellos se les habrían emitido compras y ventas falsas que luego eran utilizadas para reducir el pago de impuestos de otras empresas. El sistema, señala la acusación, se montaba sobre personas físicas, cooperativas y fundaciones que eran utilizadas como usinas de facturación , y cuyos titulares muchas veces desconocían que sus nombres estaban siendo usados con fines delictivos.

Pasko, según la acusación, no actuaba solo. Lo acompañaba su pareja, Diana Yael Daniel, quien habría captado a varias de las personas involucradas desde su cargo en el Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular (IAFEP).

Uno de los puntos más delicados del expediente es que varias de las empresas receptoras de las facturas apócrifas están vinculadas directamente a la familia Pasko. Por ejemplo, la firma Tercer Norte SRL, que recibió documentos por cifras millonarias, tiene como socios a Walter Pasko y sus hermanos. Además, la cooperativa ganadera FRIVA, de la cual surgían muchas de las supuestas operaciones comerciales, tiene como secretario del consejo a Jorge Pasko, padre del contador.

La estrategia era clara para la fiscalía: se inflaban compras inexistentes a nombre de contribuyentes comunes y se emitían ventas falsas desde sociedades vinculadas al clan Pasko, generando un círculo de crédito fiscal ficticio que permitía licuar impuestos o devolver saldos positivos al fisco.

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