Celebraron la ordenación de dos diáconos en la Catedral San Roque
El Obispo de Sáenz Peña, Monseñor Hugo Bárbaro, ordenó a Carlos Honziac y José Lourtau como diáconos permanentes.

La Catedral San Roque vivió este viernes 5 de diciembre una noche llena de emoción, fe y profunda alegría comunitaria. Por primera vez desde su llegada a la diócesis, Monseñor Bárbaro ordenó a dos diáconos permanentes, un hecho histórico que quedará grabado en el corazón de todos los presentes.
Los nuevos diáconos son Carlos Honziac (parroquia San Antonio de Padua – Santa Sylvina) y José Lourtau (parroquia San Miguel Arcángel – Las Breñas). Acompañados por sus familias, sacerdotes, religiosas y un gran número de fieles, recibieron la imposición de manos ante una catedral que desbordaba emoción y gratitud.
Durante su homilía, Monseñor Bárbaro compartió palabras que tocaron profundamente a la comunidad. Recordó el valor del servicio y agradeció a todos los que, día a día, entregan su tiempo y su corazón: "Muchos de ustedes, queridos fieles, realizan tareas de servicio en la Iglesia... catequesis, visitar enfermos, impulsar grupos... Pido al Señor que sean muchos los servidores en nuestras parroquias, y que sigan surgiendo iniciativas que ayuden a que mucha gente conozca mejor la fe y vaya por caminos de salvación."
También dirigió un mensaje especial a Carlos y José, destacando el llamado que hoy abrazan con amor: "Todos estamos llamados a ser santos y a ser servidores... Ustedes experimentaron un llamado a ocuparse de tareas parroquiales y diocesanas, pero con un añadido: como ministros de Cristo, con la impronta que confiere el Sacramento del Orden."
Y agregó una reflexión que llenó de esperanza a los presentes: "Aunque siguieran haciendo lo mismo que hasta ahora, como impartir catequesis, por la ordenación diaconal esas clases estarán respaldadas por la gracia del Sacramento del Orden en su primer grado."
