Levinton y su anécdota en Chaco: De ser detenido a tener un policía a su cargo
En una entrevista con Mario Pergolini, el vocalista de Turf contó la curiosa situación que vivió en la provincia a principios de los años 2000.

Una de las anécdotas más increíbles —y disparatadas— del cantante de Turf, Joaquín Levinton, tuvo lugar en la provincia del Chaco, a principios de los años 2000. Todo comenzó con un show que no salió como esperaban: la banda fue contratada para tocar, pero el pago prometido no apareció.
Entre enojos y desconcierto, los invitaron a un asado, donde, según relata el propio Levinton, se ofrecieron "cierto tipo de cositas" en presencia de su manager y otras personas.
A la salida del encuentro, la banda fue interceptada por patrulleros. Levinton, en un principio confundido, creyó que lo llevaban a un hotel, hasta que un oficial lo bajó a tierra firme: "No flaco, es un patrullero, vos no vas a ningún lado". Con las manos en alto y rodeado de móviles policiales, su manager incluso intentó deshacerse discretamente de su "cosito".
Con una mezcla de respeto y desfachatez, Levinton se dirigió a los oficiales, pidiéndoles que hicieran su trabajo, pero advirtió: "Si no, yo la próxima te juro, sin ofender, voy a hacer una canción que va a nombrar el Chaco y va a nombrar tu nombre cuando lo sepa".
La estrategia resultó. Luego de pasar por los clásicos trámites policiales, como tomarles las huellas, operativo que el describe como "tocar el pianito", los dejaron en libertad.
Pero lo más curioso ocurrió tiempo después. Cuando quisieron volver a contratar a Turf para otro show en la provincia, Levinton impuso una condición insólita: que le otorgaran "inmunidad policial".
Increíblemente, accedieron. Le asignaron a un policía que debía acompañarlo y obedecerle, incluso para mandados como ir a comprar cigarrillos o cerveza. En el show, antes de tocar, Levinton leyó su declaración de inmunidad en el escenario, ante un público entre incrédulo y fascinado.
A día de hoy, todavía guarda ese documento al que describe como un "papiro" en su caja fuerte, como uno de los recuerdos más delirantes de su carrera.
