Cómo la grafología revela mentiras, emociones y rasgos ocultos
Para la grafóloga Francini Suárez Elizalde, la letra es una radiografía del cerebro y puede exponer desde inestabilidad emocional hasta vínculos tóxicos.
En diálogo con DiarioTAG , la grafóloga con especialidad forense Francini Suárez Elizalde Directora de AGABA Academia de Grafología aplicada de Buenos Aires, sostuvo que "la escritura es un reflejo del cerebro" y que, por lo tanto, puede mostrar rasgos de personalidad, emociones y hasta mentiras que la persona intente ocultar. "Cuando alguien miente, el cerebro lo sabe, y eso se traduce en alteraciones del grafismo que nosotros podemos detectar", explicó.
La especialista detalló que un peritaje serio analiza más de 190 aspectos: inclinación, tamaño, presión, espaciado, dirección de las líneas, uniones entre letras y carga de tinta, entre otros. "La gente cree que con escribir prolijo ya engaña al grafólogo, pero al final del texto siempre aparece la letra real. Los tres primeros renglones son la parte consciente; los últimos y la firma, lo que más se acerca a la esencia", señaló.
Sobre el caso y puntualmente de César Sena, imputado por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, Suárez Elizalde analizó la carta que el detenido presentó alegando temer por su vida debido a "las cosas horribles que se decían de él". "En esta carta, sus letras se invaden entre sí, lo que indica desequilibrio emocional, dependencia de su entorno íntimo y dificultades para aceptar límites", explicó.
Agregó que la firma de Sena, ubicada a la izquierda y con cruces que mezclan nombre y apellido, "refleja arraigo familiar, falta de madurez y dependencia, rasgos que pueden influir en su comportamiento impulsivo". La grafóloga aclaró que su análisis aporta un perfil psicológico del autor de la carta, pero que la responsabilidad penal y la decisión final sobre la causa corresponden exclusivamente al juez.
Suárez Elizalde también se refirió a un concepto técnico clave: el lapsus calami, un error o enmienda que revela lo que la persona realmente piensa o siente. "Es como cuando alguien dice ‘te amo’ pero mueve la cabeza en señal de ‘no’. En escritura, una palabra alterada sin motivo es un reflejo inconsciente", ejemplificó.
Consultada sobre su rol en causas penales, remarcó que la grafología forense puede ayudar a establecer si un imputado actúa por impulso, si es emocionalmente inestable o si mantiene relaciones posesivas y conflictivas. "Podemos determinar si es una persona peligrosa para sí misma o para otros, o si es consciente de sus actos. Pero siempre es el juez quien decide con todas las pericias sobre la mesa", aclaró.
La profesional añadió que la escritura no solo expone el presente emocional del autor, sino que puede reflejar tendencias profundas. "Podemos ver si alguien es incapaz de aceptar un ‘no’, si presenta desequilibrio emocional o si depende excesivamente de su núcleo familiar. Incluso, hay estudios que muestran que ciertas alteraciones gráficas pueden anticipar enfermedades físicas años antes de que se manifiesten", comentó.
Para Suárez Elizalde, el valor de la grafología radica en su capacidad de exponer lo que las palabras no dicen: "Un trazo, un espacio o una presión fuera de lugar pueden contar más que todo un discurso".
