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Viernes 5 de Diciembre, 2025
 
 
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Errores comunes al elegir un colchón y cómo evitarlos

Elegir el colchón correcto es una de las decisiones más importantes para el bienestar cotidiano. Dormimos alrededor de un tercio de nuestras vidas, por eso no se trata simplemente de comodidad: un colchón adecuado puede prevenir dolores físicos, mejorar el estado de ánimo y aportar significativamente a la calidad del descanso. Sin embargo, muchas personas cometen errores comunes al momento de comprar uno.

Priorizar el precio sobre la calidad y dejarse llevar por modas

Uno de los errores más frecuentes es comprar un colchón basándose únicamente en el precio. Si bien es razonable buscar una opción accesible, lo barato puede salir caro cuando hablamos de salud postural y descanso.

Colchones de baja calidad tienden a deformarse rápidamente, perdiendo el soporte necesario para mantener alineada la columna y generando molestias con el uso diario.

A esto se suma otro error común: elegir por moda. Algunas marcas o materiales ganan popularidad gracias a la publicidad o las redes sociales, pero eso no significa que se adapten a tus necesidades específicas. Lo que le funciona a una persona puede no resultarte cómodo a vos.

¿Cómo evitarlo?
Buscá un equilibrio entre precio, calidad y funcionalidad. No te dejes seducir por el marketing ni por tendencias pasajeras. Prestá atención a los materiales, la tecnología de soporte, la garantía del fabricante y, sobre todo, la experiencia real al usarlo. Es preferible invertir un poco más en algo duradero y confiable que reemplazar un colchón económico cada dos años.

Pasar por alto el tamaño del colchón y su base de apoyo

El tamaño del colchón muchas veces se elige según el espacio disponible en la habitación, pero no siempre se considera la experiencia real de uso.

Compartir un colchón angosto, por ejemplo, puede dificultar el descanso si los movimientos del otro interrumpen el sueño constantemente. En estos casos, contar con un colchón 2 plazas puede marcar una gran diferencia al ofrecer mayor libertad de movimiento y reducir molestias nocturnas.

Tan importante como el tamaño es la base donde se apoyará el colchón. Una estructura vencida, un somier con resortes deformados o una base inestable puede afectar la firmeza, acelerar el deterioro y perjudicar el confort.

¿Cómo evitarlo?
Verificá las medidas ideales no solo para tu habitación, sino también para tu cuerpo y situación de descanso. Asegurate de que la base esté en buen estado, sea firme y compatible con el tipo de colchón que elijas. Si hacés una renovación completa, considerá cambiar ambos elementos al mismo tiempo. No olvides que la base correcta también prolonga la vida útil del colchón.

No considerar la postura al dormir ni el peso corporal

La forma en que dormís tiene un impacto directo en el tipo de colchón que te conviene. Quienes duermen de lado suelen necesitar una superficie más blanda que permita que hombros y caderas se hundan levemente.

En cambio, si dormís boca arriba, un colchón más firme ayudará a mantener la columna alineada. Dormir boca abajo requiere un equilibrio: el colchón no debe ser demasiado blando ni demasiado duro para evitar tensiones en la zona lumbar.

Además de la postura, es clave tener en cuenta el peso corporal. Un colchón que es ideal para una persona liviana puede no serlo para alguien con mayor masa. Las personas más pesadas tienden a necesitar colchones más firmes y resistentes, mientras que las más livianas pueden optar por modelos de mayor adaptabilidad.

¿Cómo evitarlo?
Antes de comprar, analizá tu posición habitual al dormir y tu contextura física. Si no estás seguro, consultá con especialistas o vendedores bien capacitados que puedan guiarte en función de tu cuerpo y tus hábitos de descanso. No subestimes el valor de un asesoramiento personalizado.

Comprar sin probar y confiar solo en la primera impresión

Otro error habitual es comprar sin probar el colchón, algo que sucede especialmente en compras online. Incluso en locales físicos, muchas personas se acuestan apenas unos segundos y deciden en base a esa sensación inicial. El problema es que lo que parece cómodo en el momento puede no serlo tras una noche completa o luego de semanas de uso.

¿Cómo evitarlo?
En la tienda, dedicá al menos 10 minutos a probar el colchón en distintas posiciones. Si comprás online, buscá marcas que ofrezcan períodos de prueba reales con devolución gratuita. Leé opiniones de personas que lo hayan usado durante meses para tener una idea más certera de cómo se comporta con el tiempo. Un colchón no es solo la sensación inicial, sino cómo responde a tu cuerpo noche tras noche.

Ignorar alergias, transpirabilidad y durabilidad

Muchas personas alérgicas o con problemas respiratorios eligen colchones sin tener en cuenta los materiales o la ventilación. Los ácaros, la humedad acumulada o el calor excesivo durante la noche pueden perjudicar seriamente el descanso y la salud.

Sumado a esto, otro error frecuente es conservar un colchón por más de una década. Aunque parezca en buen estado a simple vista, con el tiempo los materiales pierden elasticidad, soporte y capacidad de amortiguación.

¿Cómo evitarlo?
Elegí colchones hipoalergénicos si tenés sensibilidad o antecedentes de alergia. Prestá atención a los tejidos, buscá modelos con buena ventilación o espumas con canales de aireación. En cuanto al recambio, lo ideal es renovar el colchón cada 8 a 10 años o antes si presenta hundimientos, crujidos o molestias al despertar. También es recomendable rotarlo o girarlo con frecuencia para evitar desgastes desparejos.

Desconocer políticas de devolución, garantía y mantenimiento

Al momento de hacer la compra, pocas personas leen las condiciones de devolución o la garantía. Esto puede ser problemático si el colchón no resulta como esperabas o si presenta defectos con el uso. Además, muchos no conocen las recomendaciones de mantenimiento del fabricante, como girar el colchón periódicamente o no colocarlo en superficies inadecuadas.

¿Cómo evitarlo?
Antes de comprar, consultá las condiciones de prueba y devolución. Elegí marcas que ofrezcan al menos 5 años de garantía. Y una vez en casa, seguí las instrucciones para prolongar su vida útil: giralo cada cierto tiempo, ventilalo y protegelo con una funda adecuada. Un colchón bien cuidado puede durar mucho más y conservar sus propiedades originales durante años.

Dormir bien empieza por decidir bien

La elección de un colchón no debería tomarse a la ligera. No solo define cómo descansás cada noche, sino cómo te sentís al despertar y cómo enfrentás el día. Evitar errores como comprar por impulso, no considerar tu postura o conservar un colchón vencido puede significar la diferencia entre un sueño reparador y noches de incomodidad constante.

Tomarte el tiempo para investigar, comparar y probar el colchón adecuado es una inversión en salud, energía y bienestar. Porque descansar bien no es un lujo, es una necesidad fundamental. Elegí con conciencia. Dormí con calidad.

Recordá que no existe un único colchón perfecto: lo ideal es encontrar el que se adapte a tu cuerpo, a tus hábitos y a tu espacio. Evaluar la firmeza, los materiales, el tamaño y la base de apoyo te permitirá evitar errores costosos y garantizar años de descanso óptimo. Incluso pequeños detalles como la transpirabilidad, la garantía o la facilidad de mantenimiento hacen una gran diferencia en el día a día.

Si estás por renovar tu colchón, no lo dejes para último momento ni tomes la decisión en cinco minutos. Pensá en cómo querés dormir, cómo querés despertar y qué necesitás para lograrlo. Porque elegir bien es el primer paso para descansar mejor.