Jóvenes músicos se encontraron en Sáenz Peña para celebrar el arte y la convivencia
El Encuentro Sinfónico Infanto-Juvenil reunió a orquestas de Argentina y Paraguay en una experiencia que combinó formación, emoción y comunidad.

Directores de orquestas de Córdoba y Buenos Aires elogiaron el impacto social, artístico y formativo del evento que reunió a jóvenes músicos de Argentina y Paraguay en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, "estos espacios motivan, transforman y enseñan a convivir", aseguraron.
Es que la ciudad Termal volvió a ser sede del Encuentro Fraterno Sinfónico Infanto-Juvenil. Durante varias jornadas, jóvenes músicos de distintas provincias del país y de Paraguay compartieron escenarios, talleres y experiencias formativas que dejaron una huella tanto artística como emocional.
Uno de los invitados fue Marcos Sadhe, reconocido director de orquesta, quien brindó un taller específico de dirección musical. "Este encuentro es una inyección de motivación importantísima para los chicos. Volvemos con una energía tremenda para seguir haciendo música y peleando por lo que queremos", expresó.

Sadhe ya había participado de ediciones anteriores y destacó la importancia de abrir espacios de formación también para directores. "La dirección orquestal es una disciplina que no siempre cuenta con espacios específicos. Mi objetivo fue aportar herramientas tanto para quienes recién empiezan como para quienes ya están en actividad", dijo.
También estuvo presente Martín Vega, director de la Orquesta Mediterránea de Córdoba, quien vivió un momento muy especial: fue su primera presentación al frente del elenco, y también su primera visita a Sáenz Peña, ciudad donde nació su padre. "Nunca había venido y ahora vine como director, con chicos que pisan por primera vez otra provincia. Fue muy emotivo y significativo", contó.
La Orquesta Mediterránea es un proyecto social que nació hace 11 años y que actualmente reúne a más de 150 chicos en tres núcleos, dos en Córdoba y uno en Unquillo. "Los chicos reciben clases gratuitas, y muchos instrumentos son prestados gracias a la Fundación Pro Arte. Algunos se dedicarán a la música, otros no, pero lo que aprenden en una orquesta es invaluable para la vida", sostuvo Vega.
Ambos directores coincidieron en que la orquesta es mucho más que un espacio de formación musical. "Convivir en una orquesta es como convivir en una sociedad: hay que aprender a respetarse, a compartir, a saber cuándo destacarse y cuándo acompañar", reflexionó Vega. Y Sadhe agregó: "Estos encuentros tienen un valor pedagógico y emocional enorme. Es un lujo que una ciudad como Sáenz Peña pueda albergar un evento de esta magnitud".
Con una gran participación de orquestas infanto-juveniles de distintas regiones, el encuentro volvió a confirmar su potencia como semillero cultural, pero también como espacio de inclusión, comunidad y transformación.
