
Periodista
Lourdes Sotelo, la chaqueña que convirtió el Kung Fu en su forma de vida
Tras ganar su primer oro en el Sudamericano realizado en el Cenard, la joven saenzpeñense contó a Diario TAG sus experiencias, su esfuerzo y sus sueños dentro de la disciplina que se convirtió en su vida.

Desde pequeña, Lourdes Sotelo supo que el deporte sería una parte esencial de su vida. Lo que comenzó como una forma de canalizar su energía se transformó en una carrera llena de esfuerzo, disciplina y logros.
Hace semanas atrás, cumplió su sueño de ser campeona sudamericana de Wushu Kung Fu, una disciplina que la atrapó desde la adolescencia y a la que dedica cada día con pasión absoluta.
En diálogo con Diario TAG, Lourdes Sotelo cuenta cómo fue su primer encuentro con el deporte por el que hoy dedica su vida: "Tenía 12 años y abajo del edificio donde asistía a clases de piano, vi a un grupo de chicos peleando. Pregunté, y me dijeron que era solo para adultos, pero igual me quedé, me dieron un espacio, y desde ese día no paré más", recuerda.
Desde entonces, el Kung Fu se volvió parte esencial de su rutina y de su identidad. "Hoy no puedo pensar fuera del judo o el Wushu, ya es parte de mí. Es por lo que me levanto, lo que hago cada día gira en torno a eso", asegura con convicción.
Su historia está marcada por la constancia. Comenzó con las formas (taolu), la parte más coreográfica y técnica del Kung Fu moderno, pero no fue fácil destacarse: "Era un desastre. Siempre me olvidaba algo, cambiaba cosas o inventaba movimientos. Lo más alto que llegué fue un tercer puesto", expresa con risas.

Sin embargo, Lourdes nunca se rindió: "Le insistí dos años a mi profe para que me enseñe Sanda. No lo daba, pero un día cedió", cuenta entre risas.
Esa insistencia fue el inicio de un nuevo capítulo: el combate la hizo brillar. En su primer torneo de Sanda, allá por 2018, ganó una pelea por nocaut:"Fue una forma increíble de empezar".
El camino no estuvo libre de obstáculos. Durante la pandemia, cuando los deportistas tuvieron que modificar sus rutinas de entrenamiento sin salir de casa, cuenta que: "Entrenaba a las 5 de la mañana en mi casa. Usaba la bolsa de boxeo de mi hermano. Se escuchaban los golpes por toda la casa, y todos en mi familia se levantaban asustados. Me odiaban", dice entre risas.

Las competencias virtuales no la motivaban, pero igual seguía: "Ahí te dabas cuenta quién realmente amaba esto".
Con la vuelta a la normalidad, llegaron las oportunidades grandes, y ahí llegó su primera convocatoria con el seleccionado nacional.
En 2022, fue observada por el cuerpo técnico de la selección durante un torneo en Formosa, tras dos contundentes victorias por nocaut. "Me dijeron que les gustó cómo peleé y que querían que me pruebe en Buenos Aires. Era mi primera vez viajando en avión, me bajé mareadísima y me hicieron pelear apenas llegamos. No me acuerdo nada, pero gané", cuenta todavía asombrada.
Ese triunfo la llevó a su primer torneo con la selección: el Sudamericano 2022, donde logró la medalla de plata. Luego vinieron más competencias, más podios y más aprendizajes.
En 2024 tuvo su primer torneo internacional y el primero fuera del país: participó del Panamericano en Estados Unidos, donde otra vez se subió al podio. "Estuve siete meses entrenando solo para eso. Salí segunda. Me frustré mucho, pero entendí que era solo el comienzo", dice.
Hace solo unas semanas, en el Sudamericano realizado en el CENARD, Lourdes logró lo que venía buscando: el oro."Fue el primer título internacional como campeona sudamericana. Fueron dos peleas muy duras, con chicas de Chile y Perú. Cada una exigía una estrategia diferente. Pero se dio, y tener a mi profe ahí conmigo fue especial", remarca emocionada.
"Recuerdo que la pelea con la chilena tuve que cambiar de estrategia porque pegaba más fuerte de lo que pensaba. Así y todo, igual gané y me subí a lo más alto del podio con mi primer oro", cuenta orgullosa.

Pero no todo fueron éxitos y alegrías, porque, en la vida de un deportista, también hay altibajos: las lesiones: "Tuve dos operaciones de tabique, me rompí el ligamento del tobillo, fisuras en las costillas, luxaciones… de todo. Pero nunca pensé en parar", afirma.
Por ello, empezó a trabajar con un psicólogo deportivo: "Es 90% mental. Si no estás concentrada, perdés. Y no es una metáfora, te pueden lastimar de verdad", asegura.
Luego de tantos podios y logros personales, Lourdes no se relaja y ya piensa en lo que viene: el Mundial de Wushu, que se disputará en Brasil dentro de dos meses, al cual logró clasificar tras el oro en el CENARD: "Desde que bajé del Panamericano ya estaba pensando en esto. Ya no es empezar de cero, ahora es ajustar, corregir, perfeccionar. Mi meta es clara: representar a la Argentina de la mejor forma posible", afirma con determinación.
Sobre su próximo sueño, Lourdes confiesa: "Deseo que el Wushu vuelva a ser olímpico. Ya estuvo en Beijing 2008, y todos los días rezo para que vuelva. Mi mayor anhelo es poder competir en unos Juegos Olímpicos representando al país."
Para Lourdes, el deporte no es una parte de su vida: es su vida. Y cada día, desde ese primer entrenamiento en una clase de adultos a los 12 años, lo demuestra.
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