Un científico argentino aportó su idea al submarino más avanzado del mundo
Miguel Laborde es el Director de la Revista Ciencia Interior del Departamento de Ciencias Básicas y Aplicadas de UNCAUS, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y profesor en la Universidad de Buenos Aires.

Los océanos son clave en la disputa geopolítica global, y detrás del nuevo submarino S-80 Plus de la Armada Española hay una historia que nace en Argentina. Este sumergible, único en su tipo, puede operar sin diésel, sin baterías convencionales y sin energía nuclear, gracias a una tecnología de propulsión que se apoya en un desarrollo del científico argentino Miguel Laborde.
En 1991, Laborde, investigador del CONICET y profesor de la Universidad de Buenos Aires, ideó un método para obtener hidrógeno a partir de etanol, un combustible renovable de origen vegetal. Este proceso, basado en un reformado catalítico, permite generar hidrógeno de forma segura y limpia, algo clave para alimentar pilas de combustible sin almacenar gases comprimidos, un riesgo crítico en espacios confinados como un submarino.
En 2005, la empresa española Abengoa adquirió esta innovación mediante un acuerdo con el CONICET y la integró a un sistema de propulsión naval revolucionario: el AIP-BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology). Así, el S-80 Plus puede permanecer sumergido hasta 28 días.
El resultado es un hito de la ingeniería naval mundial, con ADN argentino: un sumergible que, gracias a la ciencia local, transforma bioetanol en hidrógeno a bordo, disuelve sus residuos en el oceano y se vuelve prácticamente invisible.
"Este sistema no sólo reduce la huella térmica y acústica del sumergible, sino que también evita almacenar el hidrógeno comprimido, algo que un riesgo significativo en un entorno cerrado y hostil como un submarino", explican medios españoles.
