Desde Israel, una chaqueña cuenta cómo es vivir bajo amenaza constante de misiles
Naiara es una joven chaqueña que hace cuatro años decidió dejar su provincia natal para comenzar una nueva vida en Israel. Hoy, en medio de una realidad marcada por el conflicto y la incertidumbre, ofreció su testimonio a Diario TAG, con el fin de visibilizar cómo se vive el día a día bajo amenaza constante.
"Es muy importante que los medios de comunicación del Chaco puedan contar lo que realmente está pasando, porque hay mucha desinformación. Que nos llamen, que escuchen nuestras voces, es vital. Somos muchos los que tenemos familia y amigos en Argentina y notamos que allá la información llega muy fraccionada", reflexionó Naiara, una chaqueña que vive en Israel hace cuatro años y, en ese lapso, vivió momentos tensos.
Naiara llegó a Israel con 24 años. Entre sus recuerdos más duros, destaca lo vivido el 7 de octubre de 2023: "Fue uno de los peores días para el pueblo judío. Ese día, el grupo terrorista Hamas ingresó por tierra, secuestró a muchas personas. Hoy aún quedan 53 personas secuestradas en Gaza, seguramente sufriendo, sin información clara sobre su estado. Seguimos luchando para que sean liberadas", contó.
La joven relató también que ese día hubo ataques con misiles, pero que la situación se volvió aún más crítica recientemente, ante amenazas provenientes de Irán: "El poderío militar es otro, sus misiles tienen un alcance mucho mayor. Si bien contamos con un sistema de defensa muy enfocado en proteger a la población civil, en los últimos ataques no lograron interceptar todos los misiles. Algunos cayeron en zonas urbanas y causaron muertes que duelen muchísimo", expresó.
Actualmente vive en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv. Y su rutina, como la de miles de personas, se ha transformado profundamente: "Nos levantamos tres veces por noche para correr al refugio. Vivo con una amiga y mi perra. Apenas suena la alarma, agarramos lo necesario: una mochila con dinero, pasaportes, lo indispensable, porque nadie sabe si un misil puede destruir tu casa en segundos".
Naiara explicó que desde que suena la alarma tienen apenas un minuto y medio para llegar al refugio: "Son construcciones especiales, con paredes gruesas y sin vidrios. Por suerte ahora tenemos un sistema que puede detectar con algo más de anticipación y a veces recibimos una alerta unos ocho o diez minutos antes".
Pero ese estado constante de alerta pasa factura: "Casi no descansamos, los días se hacen muy largos. El cuerpo está en estado de alerta todo el tiempo, y eso cansa, nos sentimos irritables, agotados".
A pesar de todo, destaca la red de contención que han formado entre amigos: "Aunque tenemos familiares acá, entre los amigos —muchos también chaqueños— se generan lazos muy fuertes. Nos cuidamos, nos escribimos para ver si tenemos un refugio cerca. Son dinámicas nuevas que fuimos adoptando, que lamentablemente empezamos a naturalizar".
Sin embargo, Naiara tiene clara su decisión: "Aún en la dificultad elijo estar acá. Tengo mi vida, mi casa, mi trabajo, mis amigos. Mis amigas en Argentina me escriben preocupadas, pero esta es mi vida. Entiendo a quienes decidieron irse, porque es una situación muy dura, pero yo sigo eligiendo este lugar para vivir".
