Día de la Virgen de Luján: conocé la historia que rodea a la patrona de la república

Cada 8 de mayo, miles de fieles en toda la Argentina celebran el Día de la Virgen de Luján, patrona del país y de la Gendarmería Nacional. Esta advocación mariana tiene una profunda raíz cultural y religiosa en el país, y su figura se ha convertido en símbolo de fe, esperanza y protección. Como parte de esta devoción, cada año se realiza una multitudinaria peregrinación hacia la Basílica de Luján, que suele celebrarse entre septiembre y octubre.

La historia de Nuestra Señora de Luján se remonta a 1628, cuando Antonio Farías Sáa, un ciudadano portugués radicado en Santiago del Estero, encargó desde Brasil una imagen de la Virgen María para colocar en una de sus haciendas. El pedido llegó en 1630 al puerto de Buenos Aires en forma de dos figuras de terracota, ambas representando a la Inmaculada Concepción, con elementos simbólicos como una luna, nubes, ángeles y un manto azul.

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Durante el traslado en carretas hacia Santiago del Estero, una de las figuras se detuvo misteriosamente en la localidad de Zelaya, en el actual partido de Pilar. La carreta que la transportaba no pudo avanzar, y tras varios intentos, los presentes interpretaron que era un signo de la Virgen para quedarse en ese lugar. Así comenzó la veneración en la zona del río Luján, donde se levantó una capilla y luego, con el tiempo, se construyó la actual Basílica.

Hoy en día, la pequeña estatua original de 38 centímetros se conserva en la Basílica de Luján, centro de una de las manifestaciones de fe más importantes del país. Miles de devotos la visitan cada año para pedir su intercesión, agradecer favores o simplemente rendir homenaje a quien consideran la madre espiritual de la nación argentina.

Como ocurre con muchas figuras del catolicismo, la Virgen de Luján posee su propia Novena, un conjunto de rezos que se llevan a cabo durante nueve días para solicitar su asistencia.

ORACIÓN PARA REZARLE A LA VIRGEN DE LUJÁN

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy a lzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos…

Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.

Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.

Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!

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