"Luque nos mintió a todos": declaró Veronica Ojeda en el Juicio de su ex pareja
La madre de Dieguito Fernando, hijo menor de Diego Maradona, dio testimonio en el juicio del ex futbolista en lo que fue una desgarradora declaración.

En el noveno día del Juicio por el fallecimiento de Diego Armando Maradona, su ex pareja y madre de su hijo menor, Veronica Ojeda, prestó declaración ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, en lo que fue un testimonio cargado de llantos y desazón.
Antes del inicio de la segunda parte de la jornada, Ojeda se abrazó con Jana, una de las hijas de Diego y la única que declaró hasta el momento en lo que lleva transcurrido el juicio.
La exposición de Verónica Ojeda inició a las 16 de la tarde, en el cual incluyó llantos al recordar los últimos días que paso con su ex pareja cuando éste ya vivía en la casa del barrio privado San Andrés de Benavidez: "Necesito hablar y sanar también", dijo Ojeda entre lágrimas.
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Luego, comenzó a describir lo sucedido el 23 de noviembre de 2020, día del fallecimiento del astro argentino: "Lo vi hinchado, con la panza y las manos hinchadas, desfigurado y con espuma en la boca, me sorprendió ver que Coria (Julio, el custodio de Diego) lo tenía de la mano", sostuvo. Esa visita se dio gracias al llamado que recibió de parte de Vanesa Morla, hermana del abogado de Maradona, Matías Morla porque "nadie fue a verlo".
Una de las situaciones más tensas de la declaración de Ojeda, se dio cuando comentó sobre una internación en la Clinica de Olivos, en la que Diego fue operado de un hematoma subdural, el pasado 3 de noviembre de 2020: "Luque, quien era su médico de cabecera nos había dicho que fue el quién lo operó en ese entonces y que la misma había sido un éxito, pero luego nos enteramos que fue otro médico el que lo operó. Nos mintió y se rio de todos en la cara, a toda la familia. Es una vergüenza", confesó Ojeda.
El día que salió de la Clinica post operación, el 11 de noviembre, Ojeda acompañó a Diego tras su salida y se fueron a la casa de San Andrés: "Estaba bien, tomó su sopa. Le preguntaba cosas de hace un montón de años a ver si me recordaba y estaba bien. Ese día disfrutó de Dieguito. Fue el único día que lo vi bien. Al segundo día (el 18) que no quería salir de la habitación, estaba enojado, no quería ver a nadie. Dieguito iba corriendo a tirarse a su papá, al único que no echó porque era su adoración", recordó.
Ahí se produjo el quiebre de Verónica, que empezó a llorar al recordar sus últimos días con Maradona y contó el significado que tuvieron para con su hijo: "Por la condición que tiene (autismo y trastorno en el habla) le hacía bien estar con su papá. Siempre me costó que tenga una relación con su hijo, siempre luché para que ellos tengan un diálogo. Mi hijo lo ama, lo ve a su papá. De hecho cuando mostró su imagen acá (ya muerto), Dieguito lo vio y me dijo "vi la foto de papá". Hablé con la psicóloga y me dijo que tengo que contarle la verdad y le dije ´si, es papá, le tuvieron que sacar fotos para que el día de mañana se haga justicia´. Él sabe que viene a declarar para el bien de su papá. Que se haga justicia y se sepa la verdad", dijo, llorando.
